En el pueblo de Pogerola, en la zona de Sopramare, en 1610, el noble Giulio Bonito, príncipe de Casapesenna, construyó la aristocrática capilla de Sant’Anna en su finca, que también incluía la torre de Pogerola.
Exteriormente presenta una sencilla fachada a dos aguas. En la puerta hay un luneto con un fresco del siglo XX, posiblemente de Ignazio Lucibello, que representa a Santa Ana con la Virgen Niña. Detrás del altar mayor de madera, en un marco de falso mármol, se encuentra el lienzo centrado del Nacimiento de la Virgen, de un pintor desconocido del círculo de Marco Pino da Siena, activo en la primera mitad del siglo XVII.
