La fuente de San Andrés, construida en 1760, fue restaurada en 2018. Es un conjunto escultórico de marcada influencia barroca, que incluye la representación de una paloma simbolizando el aire, un sátiro, apodado «Pulicano» en la región, cuyos rasgos recuerdan a los de un pescador local, simbolizando la tierra, y una sirena en posición central, representando el agua.
A estos estados simbolizados de la materia, según la interpretación clásica, se añade la estatua dominante del Apóstol, símbolo del fuego.
La estatua se encontraba originalmente al pie de la escalera “scalea” monumental de la catedral; desde 1869 ocupa su emplazamiento actual.